Uno de los elementos fundamentales de la cultura culinaria, es el olor. No hay duda.
Y evaluar su importancia es tan simple como pensar que, antes de que el plato llegue a la mesa, sus olores ya están diseminados por toda la casa y si el olor nos parece desagradable, pues difícilmente comeremos con gran entusiasmo.
Por esta sencilla razón hay que saber combinarlos armoniosamente y con delicadeza. El olor es un sentido menos racional que la visión o el gusto, el olor no nos evocas ideas, sino sentimientos. En muchas ocasiones un olor nos provoca una sensación de la que ni siquiera recordamos el origen o el recuerdo puntual que nos produce dicha sensación. Lo que sí se sabe es que olores fuertes, producen emociones fuertes y olores dulces o suaves, emociones suaves. Por ahí hay que partir...
Por ejemplo, si estás cocinando para una fiesta, aliña mucho. Agrega frutos/verduras-condimento como la cebolla, porro o pimentón. Si son carnes y quieres agregarle vino blanco... bájale el dulce del olor, con alguna hierba fuerte como la albahaca o el romero.
Ahora, si estás cocinando para un fin de semana relajado, en pareja o con tu familia, haz comidas menos condimentadas y agrégale sólo un condimento en buena proporción. Esto no producirá un caos en tu nariz, porque sólo será uno el fuerte. También puedes utilizar condimentos y frutos de olor dulce como las papas, la canela, el maiz, etc.
Otra cosa, recuerda que tu cocina eres tú. Muchas personas recuerdan a otras por el olor de sus cocinas y esa conversaciones mágicas que se dieron allí... por eso nunca rocíes esos spray horribles de olores falsos, sólo ten colgando en un rincón la hierba o fruto seco que más te guste usar y dale tu olor característico.
Un abrazo y a cocinar!!!
Desde que nos liberamos del yugo materno de las cazuelas, nos hemos visto en la penosa necesidad de exponer nuestros cuerpos al mal cariño de las cocineras de los sucuchos de comida chatarra. Sean callejeros o de mall, ninguno nos ha acariciado con sabores, olores o texturas que nos inspiren, que nos subviertan el paladar... Nos cansamos. Pero como el hambre no cesa... creamos chatarra glamorosa, culinariamente revolucionaria, pintoresca, colorida, sana, afrodisíaca, nutritiva... Sírvanse!!!
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